Desafiando al Olvido

Publicado el 7 de diciembre de 2024, 17:40

Caminar entre las ruinas de un edificio abandonado, construido hace tiempo por personas que ya no existen, me transmite una sensación extraña. Por un lado siento nostalgia y tristeza por aquello que se ha perdido. Por otro lado me admira la belleza de esos restos que aún se anclan en el presente, irguiéndose inexorables, desafiando  al tiempo.

Esos fragmentos rotos me recuerdan un pasado y su presencia destierra el olvido que de otra forma habría conquistado ese lugar. No existe olvido mientras existan vestigios que nos recuerden el pasado.

La existencia de esos recuerdos me reconforta, me da serenidad y el espíritu de esos lugares hace que el tiempo se detenga en los instantes en los que mis pasos recorren el lugar.

Me fascinan las ruinas y lo que ellas me transmiten…

«Desafiando al Olvido».

Óleo sobre lienzo, 2016. (116 x 81 cm)

 

Existe un edificio que me encanta recorrer; el impresionante Pazo de Lourizán (Pontevedra), obra del arquitecto Jenaro de la Fuente (1851-1922). Es una construcción magnífica que, a pesar de su abandono, no ha perdido su grandeza. Puedo pasarme horas recorriendo  ese lugar  (a pesar de no poder visitar su interior).

 

Hubo un día en el que, mientras paseaba delante de la fachada,  los rayos del sol iluminaron  el cristal de una puerta  y, por un instante, pude observar mi propia imagen reflejada. Me llamó  mucho la atención esa luz tan particular que definía el  reflejo. Eso me dio la idea de lo que quería pintar. En ningún momento quise que fuera mi autorretrato sino, sencillamente, la imagen de una mujer.

 

Detalle

 

En principio la intención era únicamente el reflejo, pero luego decidí que esa imagen era perfecta para  una construcción en ruinas donde la piedra, el musgo y el tiempo compartiesen un mismo espacio y un mismo instante.

Tardé bastante tiempo en realizar la composición del cuadro, no tenía muy claro cómo hacerlo, hasta que recordé una visita que hice años atrás al monasterio de Santa María de Oia (Pontevedra), otro de mis lugares favoritos. Rememoré la sensación que tuve al entrar en el claustro abandonado y traté de transmitirla al cuadro.

Durante las siguientes semanas estuve recorriendo varias casas abandonadas. Me pasé horas contemplando y fotografiando detalles de cristales rotos, hiedras invadiendo las estancias, musgo acostado en las piedras y puertas resquebrajadas.

El método de trabajo que utilizo depende de la obra. En este caso dibujé directamente en el lienzo sin realizar un boceto previo. Después voy aplicando capas de pintura de forma sucesiva, desde el lienzo en blanco hasta conseguir el efecto deseado. 

 

Esta imagen muestra la  capa inicial con la idea de la composición. Aquí se definen los distintos elementos y se aplican manchas de color para definir formas y volúmenes.

Aquí se ha añadido el fondo incluyendo ya a todos los elementos que forman parte de la obra.

Esta fotografía muestra una capa posterior en la que que las pinceladas son cada vez más finas, añadiendo elementos y empezando a trabajar los detalles.

 

Esta obra fue creciendo poco a poco hasta llegar a convertirse en una de mis favoritas por todo lo que me transmite y por el recuerdo de aquellos lugares que he visitado para crearla, instantes que perdurarán en mi memoria y que volverán a mí en las ocasiones que mis ojos reposen en este cuadro.

Interpretar con la pintura unas ruinas, me permite reflexionar sobre el paso del tiempo, lo que su devenir afecta a todo y en lo breve, pero maravillosa, que es nuestra existencia. 

 

Copyright © Mayte Prieto art.

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